El fútbol como actividad económica se enmarca dentro del sector servicios de la economía y, en especial, en el del ocio. Además de los ingresos y empleos directos que produce para jugadores, entrenadores, preparadores físicos, árbitros, administradores y directivos, accionistas, personal de mantenimiento de estadios e instalaciones, etc. puede generar “externalidades” positivas en otras áreas de la economía. El incremento del consumo de aparatos receptores de televisión, la ampliación de suscripciones a la TV por cable, la mayor afluencia a bares y restaurantes, el aumento de venta de artículos deportivos, los viajes de aficionados que incrementan el turismo, son ejemplo de esa derrama del fútbol. Sin embargo, es apresurado pretender que un triunfo o una derrota futbolera pueda tener mayor incidencia en la economía de un país. Importa más el comportamiento general de la industria como en Inglaterra, donde se ubica la liga más robusta en términos de volumen del negocio que un buen desempeño en un mundial la economía uruguaya seguirá siendo la misma a pesar del destacado papel de su selección en Sudáfrica.
Fuente: Murayama C. ( 23 de julio de 2010) Instituto de Estudios para la transición democrática disponible en: http://www.ietd.org.mx/futbol-y-economia/
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